Entrevista a Don Miguel Ruiz Jr. para el Blog de Barnes & Noble "Aromas a Libros"

Por: Carolyn Rivers, Directora de papersource.com


Es un grato honor para “Aroma a libros’ el darle la bienvenida a Don Miguel Ruiz Jr., autor de la reciente obra La Maestría de la Vida y continuo profesor de las enseñanzas del pueblo tolteca. En este libro Don Miguel Ruiz Jr. sirve como nuestro guía por el recorrido iniciático inspirado en el centro espiritual de la sabiduría tolteca, las pirámides de Teotihuacán, al noroeste de la Ciudad de México.  Por tal motivo, celebramos la oportunidad de entrevistarle.


Estimado Miguel, agradecemos que nos permitas conocer más sobre las enseñanzas de tu familia, las del pueblo tolteca.

 

1. Cuéntanos, ¿cómo decidiste crear esta guía sobre la trayectoria introspectiva basada en las pirámides de Teotihuacán? ¿Cómo supiste qué ejercicios incluir y cómo traducir las enseñanzas del pueblo tolteca al mundo moderno?

 

Buenos días! Es un gran honor estar en comunicación contigo y compartir la tradición tolteca de mi familia con todos ustedes. La inspiración para escribir este libro viene de el deseo de compartir las enseñanzas de mi abuelita, Madre Sarita, quien compartió su Fe conmigo; y también de las enseñanzas de mi padre, don Miguel Ruiz, quien me enseñó como llegar a ese punto de Fe que tenia mi abuelita por mi propia cuenta. 

 

Me convertí en aprendiz de ambos cuando tenia justamente 14 años de edad, y desde entonces he estado atendiendo los viajes de poder de mi padre a Teotihuacán. 33 años visitando este sitio sagrado, mínimo una vez al año, cada vez aprendiendo mas de nuestra tradición y a la vez desapegándome de capas de mi domesticación; y en los últimos 16 años enseñando lo que entendí. Entonces cuando decidí escribir este libro, utilicé la trayectoria en Teotihuacán que aprendí de mi padre por lo largo de mi aprendizaje con el, para compartir con mis lectores como llegar a ese punto de Fe que tenia mi abuelita. Para mi, le esencia de estas enseñanzas es poder sanar las heridas que el amor condicional dejó en nuestro ser, y tener la libertad de poder amar incondicionalmente con toda la Fe en nuestra vida.  

 

Se puede decir que nosotros sanamos con nuestro propio permiso, al hacerlo empezamos ese viaje de poder para aprender a como utilizar las herramientas que nos ayudan a sanar. Nos desapegamos de las capas de nuestra domesticación cuando se convierten en los obstáculos que no nos dejan sanar, en especial los que nos niegan a darnos ese permiso de sanarnos. Entonces los ejercicios, al igual que las enseñanzas, vienen de ambos de mis maestros, y fueron adaptadas al mundo moderno cuando los aplique en mi vida común. Los ejercicios que comparto son los que apoyan a la lección en una forma cotidiana, los cuales se pueden aplicar al momento que nos damos cuenta y no solamente en un momento especial de una ceremonia (aunque hacerlo en ceremonia es un acto bello también).

 

 

2. El ejercicio de la piedra que describes como el acto de la rendición es simple pero poderoso. ¿Cuáles son otros actos físicos que nos recomiendas para simbolizar la rendición?

 

Para mi, la rendición es el momento que aceptamos la verdad y dejamos ir a la ilusión. En la ejercicio de la piedra, la piedra se convierte en un símbolo que representa una condición o algo que nos hiere en nuestra vida, o algo que no nos da permiso de sanar, y nos damos cuenta como nos ha impactado en nuestra vida, en lo personal y en nuestras relaciones. Al dejar ir la piedra, ósea dejar que caiga al suelo, representa el momento que nos rendimos, aceptamos y dejamos ir al perdonar/nos de esta piedra en nuestra vida. 

 

Un maestro me enseñó que “el perdón es el momento en que dejamos de desear que el pasado fuese diferente, la aceptas y lo dejas ir”.  Para mi eso es una bella forma de describir lo que el perdón es. El momento que te das cuenta que no puedes ir a pasado y cambiar las cosas porque la vida ya no existe allí. Ya pasó, y solamente existe en nuestra memoria, así como el futuro solamente existe en nuestra imaginación. Pero el presente existe en este momento a todo nuestro alrededor. Entonces dejarlo ir es no dejar que el pasado nos siga hiriendo en el presente. Como el alacrán que decide dejar de lastimarse con su propio aguijón, administrándose el veneno que tiene para otro a si mismo. Claro, los alacranes no hacen eso, pero nosotros los humanos si, cada vez que pensamos en un momento en el pasado y decidimos lastimarnos con ese veneno emocional. Dejar ir la piedra es justamente ese momento. También lo podemos simbolizar con algo diferente, como un último beso o abrazo, decir “gracias” o un “que vayas con Dios”, o dar una sonrisa y después dar una media vuelta y seguir con nuestra vida. Lo mismo que dejar ir esa piedra, ya no quiero beber de esta ilusión que me lastima.

 

 

3. La Maestría de la Vida guía un viaje al interior de uno mismo, uno que realizamos continuamente durante la vida.  En tu experiencia, la practica diaria de este viaje resulta más habitual con el ejemplo o cada día es un nuevo encuentro.  ¿Cómo mantienes la curiosidad sobre el viaje interno?

 

Viviendo la vida. Como dice Ruben Blades: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida. ¡Ay, Dios!”

 

La vida siempre te esta enseñando algo nuevo, lo único que tenemos que hacer es estar presente, poner atención, y tomar las decisiones adecuadas cuando la vida te da la oportunidad. Es saber como bailar al compas de la canción que están tocando, si quieres bailar con tu pareja que es la vida, y no te apegues tanto a las canciones previas. Y si la musica deja de tocar, y quieres seguir bailando, ahora si compone y toca la canción a la cual quieres bailar. 

 

 

4. Leí que tienes dos hijos, mientras leía esta guía me preguntaba cómo se puede incorporar en la educación de los niños la importancia de viajar y conocer la realidad del yo, o el nagual. ¿Qué ejercicios has utilizado al pasarles estas enseñanzas a tus hijos? 

 

Si, tengo dos, mi hijo y mi hija. Ambos requieren de nosotros algo diferente en la forma de su aprendizaje, ya que cada uno es su propio ser individual, y mi hijo también tiene autismo. En lo que se refiere de enseñarles lo de nuestra tradición, hemos tomado la decisión de contestar las preguntas que tengan, y caminar nuestro propio trayecto como un modelo en lugar de inculcarles la tradición. Pero las mas importantes han sido:

 

Dejarlos experimentar las consecuencias de sus propias decisiones. Por ejemplo: “si tomas esta decisión, esta es tu consecuencia, si tomas esta otra, esta será tu consecuencia. ¿Cual consecuencia prefieres?” Una consecuencia no es un castigo, sino el resultado de una decisión con la acción correspondiente. La Vida se convierte el la maestra de ellos.

 

El otro es darnos cuenta de la diferencia entre un acuerdo y una condición. Por ejemplo: La diferencia entre Los Cuatro Acuerdos y Las Cuatro Condiciones. Los acuerdos son herramientas que te ayudan a recuperar to libertad personal y poder amar incondicionalmente, mientras las condiciones son herramientas de la domesticación y te enseñan amar con condiciones. Si te regañas por haber tomado las cosas personalmente, estas dando corrupción de Los Cuatro Acuerdos al utilizarlas como las herramientas de la domesticación, lo cual significa que estas practicando Las Cuatro Condiciones. Un acuerdo es el acto de decirle “Si” a algo, y lo haces aceptando que sí puedes tomar las cosas personalmente, pero decides no hacerlo porque no quieres experimentar esas consecuencias. Es la libertad de poder decidir por nuestra propia cuenta las decisiones que tomamos. La palabra “tolteca” significa “artista” en castellano. Soy el artista que crea la obra de arte que es mi vida, ¿Cómo la quiero vivir? 

 

 

5. ¿Continuará el maravilloso legado de la Maestría de la Vida con más libros en el futuro?

 

 

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida ¡Ay, Dios!” 

 

Aún no se. Estoy completamente enfocado en mi familia en este momento; estamos pasando por un momento de transición en nuestra vida. Siento que he completado una etapa de mi trabajo con estos 6 libros que se han publicado en estos 10 años. Pero, veremos que me enseña la vida mientras pasamos por esta etapa, como miembro de esta familia y como un ser individual. Lo que sé, es que sigo aprendiendo a bailar el nuevo son que la vida me ha puesto, y poco a poco dejaré de procesarlo y bailaré en harmonía que el compás de esta canción.